Corre a tu Ritmo

Salgo a correr, adelanto a un par de corredores por delante de mí, me creo el rey del asfalto… y de pronto aparece un cohete con zapatillas que me quita las pegatinas. A él, cien metros después, le pasa otro aún más rápido. Así es la carrera (y la vida): siempre hay alguien mejor preparado.

La trampa está en mirar su cronómetro en vez del tuyo. Si quieres avanzar sin perder la cabeza, compite solo contra la versión de ayer.

Hoy mismo, haz tres cosas sencillas:

Paso 1. Saca tu foto de salida. Sé honesto: nivel actual, tiempo disponible, energía real.

Paso 2. Diseña tu propio plan. Diez líneas de código limpias, veinte minutos de lectura, cinco kilómetros suaves… lo que encaje contigo.

Paso 3. Registra el avance. Una hoja de Excel, Notion o la servilleta del café. Ver tu curva ascendente motiva más que cualquier aplauso externo.

Repite un mes y comprobarás que el corredor decisivo es el que te devuelve la mirada en el espejo. Si mañana alguien te adelanta, sonríe: te acaba de mostrar hasta dónde puedes crecer.

“El hombre que se supera a sí mismo es invencible.” — Séneca

P.D.1. Si te ha gustado esta reflexión, escribo una diaria, y lo mejor, la tienes aquí

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