NOTAS WEB
Destruir para volver a construir
Cuando derribar paredes es la mejor estrategia de crecimiento personal
Anoche me acosté en un colchón tirado en medio del salón.
Sí, en el mismo sitio donde mis hijos suelen jugar a la consola, comemos o vemos alguna serie de Netflix eventualmente.
La cama está en obras, igual que el resto de la casa.
Muebles envueltos en plástico, botes de pintura que huelen a cambio y un caos que me hace cosquillas en el TOC.
Pero aquí estoy: brocha en mano, cara manchada de blanco, y una certeza clavada en el pecho.
A veces no queda otra que desordenarlo todo para volver a ordenarte tú.
Lo que empezó como un “pintemos la habitación de los niños” terminó arrasando cada pasillo.
Una pared llevó a la otra, hasta que la casa completa gritó: renovación o muerte.
Y mientras pintaba, entendí que crecer—de verdad—funciona igual.
Primero remueves los cimientos
No hay cambio auténtico sin una pequeña demolición.
Ese hábito que ya no te sirve, esa idea heredada que asfixia tu creatividad, esa relación profesional que drena tu energía…
Todo eso es pladur viejo. Aguántate el polvo y tíralo al contenedor.
Después proteges lo que importa
En casa tapé con plásticos lo que quería conservar.
En tu vida, pon límites temporales, pausa compromisos y crea un espacio seguro para equivocarte.
No confundas destruir con autodestruirte: la diferencia está en lo que decides cubrir antes de golpear con el martillo.
Por último, pintas con colores nuevos
No basta con quedarse en los escombros.
Prueba rutinas, herramientas o alianzas que te entusiasmen.
¿Quieres reentrenar tu mente? Empieza con 10 minutos de lectura al día.
¿Negocio estancado? Bloquea los viernes por la mañana para experimentar una estrategia que nunca has probado.
El olor a pintura fresca es la promesa de que algo mejor ya está secando.
Y sí, el proceso incomoda tanto como que te pellizquen los pezones (lo confirmo).
Pero cuando abras las ventanas y entre el aire, te darás cuenta de que el caos fue solo un puente.
Tu norte está al otro lado de esa nube de polvo.
Así que agarra la maza, despídete del viejo papel pintado y cárgate la pared que ya no deja pasar la luz.
Porque solo quien se permite destruirse un poco, logra construirse grande.
“El arte de la reinvención se basa más en lo que eliminas que en lo que sumas.” — Bruce Lee
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Ideas minimalistas para que eleves tu productividad y crezcas como persona, tecla a tecla.
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